| 1º nivel. Esqueleto |
| 2º nivel. Esqueleto de combate |
| 3º nivel. Esqueleto de fuego |
Información histórica:
1º nivel. Esqueleto
Los demonios necesitaban fuerzas baratas de combate que pudieran perder sin sentirse apenados. No les convenía, digamos, enviar a sus fieles servidores a la muerte segura. Con la ayuda de los magos-apóstatas que practicaban la nigromancia, las almas artificiales se metían en los cuerpos y los huesos de los soldados muertos, creando a servidores tontos, pero fieles, que tenían sed de sangre, - los Esqueletos. Durante la gran guerra, en un plazo cortísimo fueron creadas hordas compuestas de muchos millares de esqueletos. Encabezados por los Maestros de la nigromancia, arrollaban cualquier resistencia de las razas claras con su cantidad, que no cesaba de aumentar.
2º nivel. Esqueleto de combate
“Y llegará el día del gran dolor para los elfos, y por los bosques sagrados pasarán, como la peste, los resucitados de entre las cenizas, comenzará una era nueva – la era de la espada y las llamas” - es una profecía de los antiguos elfos.
Los esqueletos que tuvieron la suerte de morir cubiertos de armaduras, tienen una protección resistente y un arma mejor. Pero igual que cualquier equipamiento, necesita arreglo y mantenimiento, lo que exige unos gastos más grandes. Lo más difícil en este proceso es hacer que esqueleto luego se ponga de nuevo la coraza y que tome el arma en las manos...
3º nivel. Esqueleto de fuego
Los esqueletos están protegidos muy bien de los ataques de las flechas. Incluso las armas perforadoras y cortantes tampoco son efectivas contra ellos en el combate. Lo más efectivo es la magia, por eso los demonios se han puesto como objetivo el dar a los esqueletos una protección contra la magia. Después de numerosas investigaciones, fueron elaborados unos conjuros especiales, que convertían los huesos en lava candente, empapada de magia demoníaca. A los cuerpos de los nuevos soldados no les afectaba la magia. Eso fue un gran éxito. Los esqueletos conjurados llegaron así a llamarse “De fuego” por sus llamas y por su calor continuo que irradiaba su nuevo cuerpo. También desde ese momento fue posible equiparlos con armas mágicas especiales de las herrerías de lo profundo del famoso Ignis – espadas de fuego que quemarían las manos de los esqueletos ordinarios.